Columna de Opinión | Alfredo Rodríguez @alfredordz83
Ver la entrevista a Andrés Manuel López Obrador realizada
en el programa “Entre Tres” de Tv Azteca el lunes pasado, así como leer la columna
del día sábado en La Jornada
de Jaime Avilés, volvió a afirmar en mi el convencimiento de que los jóvenes
que apoyamos el Proyecto de Nación que encabeza AMLO tenemos que trabajar por
traer a nuestro lado a todos esos otros jóvenes a los que se les ha engañado haciéndoles
pensar que López Obrador se siente un “mesías” y que por tanto de llegar a la
presidencia de la República
gobernaría de manera dictatorial desde una posición de “salvador” del país.
Pienso que el triunfo de AMLO en el proceso electoral
del año próximo (esperando que los resultados en las encuestas para ser el
candidato de la izquierda le sean favorables), pasa en gran medida por
derrumbar todos los mitos que se han creado contra su persona con el fin de crear miedo entre la población.
Y ya sabemos que aún y con todo ese miedo terrible que
generó la oligarquía en 2006, alcanzó para ganar las elecciones, pero sin duda
ese miedo evitó que la diferencia fuera aún más contundente de lo que fue y le
facilitó las cosas al régimen, que pudo imponer y validar el fraude electoral,
por eso creo que la clave del triunfo en 2012 está en derribar esos mitos, y creo que
el mismo AMLO lo entiende de esa manera, por eso ahora está circulando un spot
en el que él dice claramente: “que no te engañen, yo no estoy en contra de los
empresarios”, en relación a ese mito según el cual AMLO como presidente atentaría
contra la propiedad privada (ya hemos escrito algo sobre ese tema: http://bit.ly/qraLWw).
Tristemente muchos de los que siguen conservando esos
miedos son jóvenes, esos mismos jóvenes a los que este modelo económico fundido
les ha negado un mejor futuro, esos jóvenes que si corren con mucha suerte, les
alcanza para un empleo terriblemente mal pagado a través de una outsourcing,
sin derechos, sin seguridad de ningún tipo. Pero claro, la oligarquía sabe que
si hay algo que los jóvenes aprecian son las libertades democráticas y sociales,
y sabe utilizar esto para impulsar la falsa idea de que un gobierno de
izquierda sería una amenaza para las mismas.
Y justamente empecé haciendo referencia a la
entrevista en Entre Tres, así como a la columna de Jaime Avilés, porque ahí hay
ejemplos que dejan claro de qué modo la realidad está bastante lejos de esa
imagen deformada de líder “mesiánico”, “personalista” y “autoritario” que le
han dado a López Obrador.
En dicha entrevista, el dirigente de MORENA fue muy
reiterativo en qué la tarea de rescatar al país no recae en su persona,
que él no se ve así mismo como ninguna especie de “mesías”, que la labor titánica de derrotar
de manera pacífica a la oligarquía será llevada adelante por millones de hombres y mujeres de todas las edades y de todas las clases, que sacar al país de la
actual tragedia que vive será obra de la sociedad
organizada, y que sin dicha organización de la mayoría del pueblo mexicano,
sencillamente el triunfo es imposible.
De ahí que AMLO repita insistentemente en sus
discursos que “sólo el pueblo puede salvar al pueblo, y sólo el pueblo
organizado puede salvar a la nación”. No él, no una persona, sino la sociedad
en su conjunto.
De ahí también que una de las palabras que con más frecuencia menciona en sus andanzas por el país sea nada más y nada menos que: Participación.
Participación de los ciudadanos que considera clave para salvar al país.
Jaime Avilés también hace notar esto mismo, haciendo referencia a un detalle
muy interesante ocurrido en Ciudad Lerdo, Durango, donde durante una asamblea de AMLO
con simpatizantes, una persona le gritó al pre-candidato de la izquierda “sólo
tú puedes salvar a México”, a lo que López Obrador contestó: Yo solo no puedo, tenemos que
salvarlo entre todos.
Y utilizo estos casos como dos simples ejemplos de los muchos que podría dar, en los que una y otra vez en su recorrido por todo México, AMLO le ha dejado claro a la gente que no concibe la transformación del país como un proceso individual o personal, sino como un fenómeno claramente colectivo, de participación social.
¿Dónde está
la relación entre estas claras expresiones de humildad de una persona que
reconoce que sin la lucha y participación de millones de mexicanos la transformación del país
es imposible con la imagen de ese líder “mesiánico”, ese “mesías tropical” que perversamente inventó el “intelectual” de la
derecha, Enrique Krauze, para servir a los intereses de sus poderosos jefes?
En el
camino, sin duda, habrá que ser tercos e insistentes con estos temas, porque en
la medida en que sigamos de-construyendo los mitos de los poderosos, estaremos más
cerca de vencerlos, no para ejercer ninguna clase de revancha, sino
sencillamente para rescatar a este país y rescatarnos todos.
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