Por: Andrés Manuel López Obrador.
Confieso que soy dichoso, que me ha ido bien en esta etapa de mi vida pública. En el terreno de las ideas he podido desentrañar y describir las características del actual régimen; la forma como se domina y se ejerce el poder; las causas de la crisis de México y la manera como se podrían remediar los males de la Nación. Este pensamiento lo difundí en plazas públicas y por otros medios y considero que ha contribuido en el proceso de toma de conciencia sobre la realidad nacional. Por ejemplo, he sostenido que los políticos del PRI y del PAN piensan igual, defienden los mismos intereses y se entienden, como ha quedado demostrado con la reciente actitud de Vicente Fox.
Confieso que soy dichoso, que me ha ido bien en esta etapa de mi vida pública. En el terreno de las ideas he podido desentrañar y describir las características del actual régimen; la forma como se domina y se ejerce el poder; las causas de la crisis de México y la manera como se podrían remediar los males de la Nación. Este pensamiento lo difundí en plazas públicas y por otros medios y considero que ha contribuido en el proceso de toma de conciencia sobre la realidad nacional. Por ejemplo, he sostenido que los políticos del PRI y del PAN piensan igual, defienden los mismos intereses y se entienden, como ha quedado demostrado con la reciente actitud de Vicente Fox.
También es motivo de orgullo el haber dicho en plazas públicas y por otros medios, una y mil veces, que los mandamases dominan y se imponen porque controlan, casi de manera absoluta, los medios de comunicación, sobre todo a las televisoras, al grado de querer imponer, mediante la mercadotecnia, al próximo presidente de México. Y saber ahora que muchos mexicanos defienden su derecho a elegir, con libertad e información, a sus gobernantes.
Pero sin duda lo que más me satisface es haber construido, junto con otros muchos mexicanos, mujeres y hombres libres y conscientes, una institución ciudadana y popular para buscar de forma organizada, y de manera pacífica, la transformación del país y el renacimiento de México. La creación del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) es un gran aporte a la vida pública del país.
De modo que estoy tranquilo porque, aun en el peor de los escenarios –si se imponen nuestros adversarios con la manipulación, el dinero y valiéndose de la ignorancia y traficando con la pobreza–, será un triunfo transitorio que, confieso, me dolería mucho, por la gente y el país, pero no alteraría mis sentimientos y convicciones profundas, porque no hay nada que indique, con objetividad, que la continuidad de la política de pillaje pueda significar una mejoría para los males que aquejan a la Nación. Por el contrario, continuaría el proceso de degradación progresiva hasta que el despertar ciudadano sea más amplio y contundente. Y para eso es MORENA.
Pero también y, sobre todo, estoy optimista. Creo en la sabiduría popular y siempre, hasta en los momentos más difíciles, he podido constatar que el pueblo tiene un instinto certero. Puede ser que no sepa con precisión lo que quiere, pero sabe muy bien lo que no quiere. Y estoy absolutamente seguro de que amplios sectores de la sociedad no votarán por más de lo mismo (corrupción, desempleo, pobreza, inseguridad y violencia). Además, después del 2006, hemos trabajado con intensidad y eficacia, y nos han salido bien las cosas.
Veamos algunos ejemplos: se resolvió sin conflicto la candidatura a la Presidencia; Marcelo Ebrard se portó a la altura de las circunstancias; establecimos y tenemos mejor comunicación con el sector empresarial y las clases medias; logramos elaborar, con la participación de intelectuales y especialistas, el único proyecto que se ha presentado para sacar al país de la crisis; se ha logrado la unidad de las filas de las fuerzas progresistas; dimos a conocer por anticipado a los que serán integrantes del gabinete, mujeres y hombres honestos y con experiencia; se ha reconocido por propios y extraños que la nuestra ha sido la mejor campaña; salimos bien en los debates; hemos tenido más contacto directo con la gente que los otros candidatos; no se ha suspendido un solo acto, no hemos padecido de ningún rechazo; se han llenado todas las plazas con la participación consciente de los ciudadanos; contamos con más apoyo de las clases medias y, sobre todo, de los jóvenes; tenemos una mejor organización para cuidar y defender los votos; y nos apoyan muchos integrantes de las redes sociales. Además, la mayoría de los mexicanos no está haciendo caso de la guerra sucia ni está dispuesta a vender su voto a cambio de migajas o dinero, el pueblo no quiere limosnas, sino justicia. Por eso escucho, cada vez más, el grito de ¡Vamos a ganar!
El primero de julio en la noche me veo participando en la gran fiesta cívica nacional.
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siempre con usted AMLO 2012!!!! MI ADMIRACIÓN SINCERA.
ResponderEliminarYA ES JUSTO QUE EL PUEBLO MANDE. AMLO PRESIDENTE
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