Habíamos dicho anteriormente que los acuerdos del BRICS, y del BRICS con las naciones de Sudamérica, va a representar un punto de apoyo político para todas las fuerzas que, en los diferentes países, mantuvieron hasta hoy la defensa de la soberanía de sus naciones frente a los mercados financieros y de la intervención del Estado en la economía en contra del libre comercio.
Así como en Argentina, el gobierno de Cristina Kirchner se fortalece en su lucha contra los fondos buitre que quieren arrancarle al país los yacimientos de shale gas en Vaca Muerta, así en México, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), aglutinado alrededor de Andrés Manuel López Obrador va a fortalecer su postura porque, ya casi la mitad de la humanidad, con la población de los países del BRICS y algunos de nuestro continente, han decidido caminar hacia "un nuevo orden financiero mundial", como lo definió la presidenta Kirchner. Además, los acuerdos no son de libre comercio sino de cooperación entre naciones para grandes proyectos de infraestructura como ferrocarriles, energía nuclear, hidroeléctricas, carreteras, etc., para los cuales serán destinados los fondos del banco creado por el BRICS en Fortaleza, Brasil.
En México, MORENA se podrá apoyar en esa perspectiva para promover sus propuestas programáticas que ahora si tendrán sustento y que antes no tenían debido a la prevalencia del "mundo globalizado" y el dominio de los mercados financieros en ese orden mundial. Si MORENA propone, por ejemplo, la construcción de refinerías y de ferrocarriles de alta velocidad, esos proyectos no encontrarían nunca financiamiento en el FMI o en el Banco Mundial, pero sí, muy probablemente, en el banco del BRICS. Igualmente sucedería con las demás propuestas del movimiento de AMLO.
Escrito por: Benjamin Castro.
Twitter: @cartarobada.
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