miércoles, 21 de septiembre de 2011

¿AMLO es enemigo de la libre competencia?

AMLO en encuentro con empresarios

Entre los tantos mitos y las leyendas malintencionadas que se han creado en torno a la figura de Andrés Manuel López Obrador, está aquella con la que difunden que AMLO es enemigo de la libre competencia y de la economía de mercado.

En las versiones más moderadas de dicho mito, se trata de comparar la visión de modelo económico de Andrés Manuel con el del antiguo estatismo priísta, para de paso (y ahí está la trampa), relacionarlo con figuras como Echeverría, el cual tiene sobre sí una imagen bastante oscura y manchada, sobre todo por su relación con la represión del régimen priísta contra los movimientos estudiantiles y sociales en general.

Una versión más maliciosa, por su parte, va mucho más alla, y propaga la idea de que de llegar López Obrador a la presidencia de la República, impondría un modelo económico casi, casi (así de ridículos son estos mitos) como el del Estado norcoreano, en el que se suprimiría la propiedad privada, el Estado sería amo y señor del país y los empresarios serían completamente despojados, e incluso perseguidos. 


Estas caricaturizaciones vulgares de lo que verdaderamente es el Proyecto de Nación y lo que sería el Programa de gobierno de AMLO, no deben ser entendidas como meros análisis incorrectos o interpretaciones equivocadas basadas en un inadecuado estudio de lo que Andrés Manuel realmente plantea, no, estas "teorías" son difundidas con un claro objetivo, perfectamente bien definido, que es el infundir miedo en la población y evitar que AMLO pueda llegar a la presidencia.

¿Pero con qué fin inventan todo esto? Quienes están detrás de todos esos cuentos burdos, como aquellos que se difundian a través de cadenas de correos electrónicos previos a la elección del 2006, donde se aseguraba que una vez que AMLO estuviera en el poder despojaría de sus casas y coches a los ricos y a la clase media, para entregarlos a los pobres, son los miembros de un grupo, bastante reducido por cierto, pero bastante poderoso y lleno de privilegios basados en el tráfico de influencias, que les permite evadir impuestos, entre muchos otros excesos con los que prácticamente se han adueñado del país. 

Este grupo de potentados, a diferencia de lo que difunden a través de sus aparatos de propaganda, saben perfectamente que AMLO es un hombre honesto, con principios, incorruptible, tan distinto a todo lo que representa el político tradicional, que les sería imposible tranzar con él y por lo tanto verían obstaculizados sus medios para seguir saqueando al país. Es eso lo que los mueve a inventar mentiras tan bajas.

Lejos de identificarse con Echeverría, AMLO, justamente, hace todo lo contrario, y denuncia correctamente que el régimen de privilegios fiscales del que hoy gozan unos cuantos oligarcas en detrimento del resto de verdaderos empresarios (pequeños y medianos, principalmente) y de la población en general, data precisamente de los tiempos de Echeverría.

Pero vayamos a un caso ejemplificante y muy concreto, que nos permitirá demostrar que AMLO no es, ni por asomo, un enemigo de los empresarios ni de la libre competencia en la economía, el caso de los medios de comunicación. 

Uno de los 10 puntos para tansformar a México que propone Andrés Manuel, es la democratización de los medios. Hoy en día, un verdadero duopolio se reparte ese sector, en el caso de la televisión, por ejemplo, más del 85% está repartida en dos empresas, Televisa y Tv Azteca, las cuales, no es casualidad, manejan una línea editorial furiosamente anti-lopezobradorista. 

¿Qué es lo que propone AMLO? Que Televisa y Tv Azteca conserven su derecho a existir, pero a lado de todas las televisoras que técnicamente  puedan ser creadas, en otras palabras, que haya más cadenas de televisión y de radio (incluída una verdadera cadena pública que tanta falta hace), que todo aquel empresario que tenga los recursos para invertir en una nueva televisora pueda hacerlo sin obstáculos, que haya más opciones, más voces, en resumen, más libre competencia

Y lo mismo aplicaría, ya lo ha dicho AMLO en repetidas ocasiones, para las empresas de servicios teléfonicos, porque recordemos, el conflicto entre Telmex de Carlos Slim y Televisa, viene de que tanto por un lado Televisa se opone al deseo de Slim de entrar a la televisión abierta y de paga, como por su parte Slim se opone a que Televisa y otras le hagan una seria competencia en el mercado que hoy controla de manera prácticamente monopólica. 

Todas las empresas que sean viables, siempre y cuando sean honestas, legales, responsables y paguen sus correspondientes impuestos, eso es lo que realmente propone AMLO.

Lejos de los mitos y los cuentos, AMLO no sólo respeta la participación de la iniciativa privada en la economía, sino que la fomenta y alienta. 

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