Foto de archivo. |
Y como ya era de esperarse, y sólo era cuestión de cual sería el
día, hace apenas una hora, Enrique Peña Nieto, el ya prácticamente candidato
del PRI a la presidencia de la república ha sido destapado públicamente en el
noticiero de Televisa conducido por Joaquín López-Dóriga.
En una entrevista perfectamente armada, a modo y por la que no
somos ni capaces de imaginar cuánto habrá pagado Peña Nieto a Televisa, el
político mexiquense, quien es la nueva apuesta y al mismo tiempo la nueva imagen de la oligarquía mexicana (y de la extranjera para sus intereses en México), ha
anunciado abiertamente que aspira a ser el candidato de su partido y el
presidente de los mexicanos.
En esta entrevista (¿o informercial?), faltaba más, EPN ha podido
hablar con toda tranquilidad, con respuestas totalmente estudiadas y con su
típico discurso artificial, sin las molestas interrupciones y los
cuestionamientos malintencionados del entrevistador, como es común en las
entrevistas a AMLO en ese medio.
Peña Nieto expresó que desea ser presidente porque tiene la
experiencia de haber gobernado el Estado de México y quiere llevar lo que hizo
al país entero.
Si Peña Nieto pretende llevar sus “logros” al resto del país, ya
podemos ir imaginando ese México; colonias inundadas de aguas negras por todo
el país, incremento de feminicidios generalizado, casos turbiamente “resueltos”
(recordemos el caso Paulete), un mega-endeudamiento (se habla hasta de 67 mil
millones de pesos), y un largo etcétera.
En fin, los próximos 10 meses, quienes creemos que es posible un
Proyecto Alternativo más humano, menos desigual, menos corrupto, tendremos que
enfrentar a todo ese gran aparato de los medios, que desde hace ya algún
tiempo, están intentando imponer a Peña Nieto, ya veremos.
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