En su ya
tradicional mensaje semanal por medio de video en YouTube, este 19 de
septiembre Andrés Manuel López Obrador dejo claro que el proyecto que encabeza
busca el establecimiento de un Estado de Bienestar en nuestro país, que permita
sacar de la miseria a millones de mexicanos que, paradójica y tristemente, en
pleno siglo XXI y en un país lleno de recursos naturales, día a día padecen
hambre.
En el video
AMLO señala algo sumamente importante, dice, “estoy consciente que lo ideal es
que se eche a andar la economía y se generen empleos, que la gente tenga
ingresos y que por sí misma resuelva sus necesidades de alimentación, de salud,
de educación, de vivienda”, pero, dijo “hay una realidad, vivimos en un país en
donde no hay oportunidades”.
Estas
palabras son muy importantes, porque vienen a dejar en claro, una vez más, que
las críticas contra López Obrador de parte de los aparatos oligopólicos de (des)información
son infundamentados, pero sobre todo, bajos y malintencionados.
Desde antes de las elecciones de 2006, se le quiso vender a la población (y lamentablemente una parte la compró) la imagen de un AMLO “populista” y “paternalista”, partidario de un Estado que se encargara de mantener a los pobres, así, sin más, lo que, repitiendo sin parar, decían que provocaría grandes crisis.
Desde antes de las elecciones de 2006, se le quiso vender a la población (y lamentablemente una parte la compró) la imagen de un AMLO “populista” y “paternalista”, partidario de un Estado que se encargara de mantener a los pobres, así, sin más, lo que, repitiendo sin parar, decían que provocaría grandes crisis.
A
diferencia y muy lejos de esa ridícula caricaturización que han hecho de sus
ideas, AMLO tiene perfectamente claro que el problema de la pobreza se resolverá
cuando quienes hoy la sufren de una manera terrible, cuenten con empleos dignos
y bien remunerados o cuando tengan acceso a créditos no usureros para emprender
pequeños negocios, empresas o comercios, es decir, cuando puedan por sí mismos
resolver sus necesidades en base a su trabajo y esfuerzo. Eso está claro.
Pero por
otro lado, también tiene claro, que no podemos esperar como país hasta que la
economía esté andando perfectamente para que se resuelva el problema de algo
tan fundamental como el hambre. El Estado tiene que cumplir con su papel social,
y en el caso de nuestro país, con regiones donde se tienen problemas graves de
desnutrición infantil, es de un básico sentido común esperar (e incluso exigir)
que el Estado no deje morir de hambre a sus ciudadanos.
Ni paternalismo,
ni indiferencia: trabajo, claro está, pero también atención urgente a necesidades
fundamentales. De ahí su propuesta, por ejemplo, de comedores públicos donde
sean necesarios y que permitan garantizar el derecho del ser humano a la
alimentación, como apenas una primera medida para erradicar el hambre del país.
Un Estado
de Bienestar, esa es la propuesta, como el que implementaron décadas atrás los
países europeos, antes de que el librecambismo (neoliberalismo) se impusiera
por todo el mundo, con las terribles repercusiones actuales para millones de
seres humanos, incluidos los del “primer mundo”. Un Estado que sea capaz de
brindar un mínimo de garantías que sirvan como base para que desde ahí se pueda
desarrollar la persona por sí misma.
Porque
claro, podrá utilizar la derecha, de manera tramposa y con el claro objetivo de
desatenderse del problemas como el del hambre, la frase de que a los pobres “no hay que
darles pescado, sino enseñarlos a pescar”, y sí, el problema de México, es que
tenemos millones de pescadores capaces y con ganas de pescar, pero sin
oportunidades de acercarse si quiera al río, con el cual se han quedado algunos
cuantos para su propio beneficio.
Alfredo Rdz. Torres
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