Andrés Manuel López Obrador sostuvo que no es con
asistencia militar o con labores de inteligencia, ni con envíos de helicópteros
y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y de la violencia en
México; en lugar de ello, planteó al gobierno de Estados Unidos una nueva
relación y un cambio sustancial en la relación bilateral, fincada en la
cooperación para el desarrollo y la ayuda mutua.
“Vamos a convencer y a persuadir a las autoridades de
Estados Unidos de que, por el bien de las dos naciones, es más eficaz y
humano aplicar la cooperación para el desarrollo que insistir, como sucede
actualmente, en dar prioridad a la cooperación policiaca y militar.
Al ofrecer una conferencia magistral en el Centro
Internacional Woodrow Wilson, López Obrador aprovechó para hacer un atento
llamado al presidente Barack Obama para que cumpla su compromiso de
campaña de regularizar la situación migratoria de los mexicanos que trabajan
honradamente en Estados Unidos.
Entiendo que está de por medio la cuestión electoral y que
hay en este país una oposición conservadora que se niega a reconocer los
derechos de los migrantes, y que incluso han optado por la persecución y el
racismo, señaló.
Durante su discurso, el también líder del Movimiento
Regeneración Nacional (Morena) rechazó cualquier posibilidad de alianza o
coalición con el PAN o con el PRI. Nosotros no podemos ir en alianza ni
coalición con estos partidos, dijo ante académicos y funcionarios
estadunidenses, a quienes subrayó:
No podemos dejarnos engañar con coaliciones o disfraces que
representen en el fondo lo mismo (...) Yo creo que si no hay un cambio de
régimen no vamos a encontrar la salida ni como pueblo ni como nación, así de
claro y categórico.
En respuesta a las opiniones de políticos, académicos y
personajes que se han manifestado por un gobierno de coalición en 2012, López
Obrador señaló que lo que requiere México es unaatmósfera nueva y moralizar al
país mediante el combate a la corrupción y con el fin de los monopolios, ya que
en México existe una desigualdad monstruosa.
En la segunda etapa de su gira por Estados Unidos –la
primera fue en Chicago–, el ex candidato presidencial destacó el nuevo tipo de
relación que busca con el país vecino, la cual estaría basada en el respeto a
la independencia y soberanía.
Sería irresponsable no procurar con el gobierno de Estados
Unidos una relación de colaboración basada en el respeto y en la cooperación
para el desarrollo, la paz y la tranquilidad de nuestros pueblos. Nosotros lo
intentaremos; siempre habrá voluntad de nuestra parte, insistió.
Por cuestiones de geopolítica, dijo, México tiene una
situación especial.Somos vecinos de la mayor potencia económica, política y
militar del planeta. No sólo nos unen 3 mil kilómetros de frontera, sino que
viven y trabajan en este país alrededor de 12 millones de mexicanos. Por eso,
debemos utilizar toda nuestra imaginación y todo nuestro talento diplomático
para construir, a partir de nuestra innegable realidad, una política de buena
vecindad y de mutuo beneficio.
Comentó que el monto de ayuda de Estados Unidos a México es
de 478 millones de dólares, que además de ser raquítico, casi en su
totalidad, unos 450 millones, se destinan a la llamada Iniciativa Mérida. Con
claridad lo decimos: nuestra propuesta es obtener más recursos y cambiar las
prioridades; lo primero debe ser el desarrollo y la creación de empleos en
nuestro país.
En respuesta a la política migratoria que impulsan los
grupos más conservadores estadunidenses, López Obrador aseveró que tampoco se
detendrá el flujo migratorio construyendo muros, haciendo razias, deportaciones
o militarizando la frontera. Los mexicanos que vienen a buscarse la vida a
Estados Unidos lo hacen por necesidad, no por gusto. Lo arriesgan todo para
tener un trabajo y mitigar su hambre y su pobreza, afirmó.
El ex candidato presidencial y aspirante a contender
nuevamente en 2012 por la titularidad del Ejecutivo hizo un llamado a los
estadunidenses a actuarpensando en que por encima de las fronteras están los
derechos universales del hombre: el derecho a la libertad de la palabra, a la
libertad de cultos, a vivir libres de miseria y a vivir libres de temor,
garantías proclamadas precisamente por ese presidente gigantesco, precursor de
la política de la buena vecindad, Franklin Delano Roosevelt.
Dijo estar dispuesto a poner en correspondencia su plan
económico con el establecimiento de una nueva relación con el gobierno de
Estados Unidos.Para ilustrar mejor lo que queremos sirva de ejemplo un
contraste de lo que pasa actualmente con lo que deseamos que suceda en el
futuro. Hace unos días apareció por primera vez en público el nuevo embajador
de Estados Unidos en México (Anthony Wayne) para entregar helicópteros
militares a la Armada
de nuestro país. En vez de esta imagen, quisiéramos que el embajador estuviera
presente, en un día no muy lejano, en la entrega de cheques para financiar
proyectos como la reforestación de la selva Lancandona y generar 400 mil
empleos anuales, o para la pavimentación de caminos en Oaxaca, con el uso
intensivo de mano de obra, o para el programa de incorporación de los jóvenes
al trabajo y al estudio.
Por otra parte, Morena y la organización Mexicanos sin
Fronteras, con sede en esta ciudad, se comprometieron a luchar unidos para
lograr un cambio de régimen en México, con base en el proyecto de nación
impulsado por la organización que encabeza López Obrador. Además, se constituyó
Morena en la capital estadunidense con mexicanos residentes en la zona.
Al concluir su ponencia, López Obrador conversó con
reporteros de medios mexicanos a quienes dijo que no tenía ninguna intención de
reunirse con representantes del gobierno de Obama y subrayó que la gira tiene
dos propósitos: Primero, la reunión con nuestros paisanos, lo que hicimos en
Chicago, y esta invitación del Centro Wilson para fijar nuestra postura sobre
lo que debe ser la relación entre ambos países; pensamos que debería haber un
cambio, no se puede estar enfocando la relación nada más a temas de seguridad.
Lo fundamental es que se busque una cooperación para el desarrollo.
Se le preguntó sobre la promoción de Enrique Peña Nieto por
la televisión, y respondió que “lo han venido introduciendo al mercado como se
introduce un producto chatarra. El candidato de la elite del poder es él (el ex
gobernador mexiquense)… Carlos Salinas es el jefe de la campaña y la encargada
de la propaganda es Televisa”.
*Información de La Jornada.
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